El personaje lo es todo: afortunadamente no en la vida real, sólo en las narraciones.

Llegamos a Milán a la tarde casi noche, fuimos a un cyber y buscamos un hostel cercano y barato. Cuando llegamos al hostel que encontramos, sólo quedaban piezas sin compartir, habitaciones con dos camas, que nos costaron todo el efectivo que nos quedaba. Tuvimos que salir a cenar usando la tarjeta de crédito. Los únicos lugares que la aceptabasn eran lugares restaurantes muy caretas, que cobraban carísimo un plato de comida, pero no teníamos opción. Eran los 2 últimos días que nos quedaban antes de regresar a nuestro país, y un poco de deuda más a la tarjeta, un poco de menos, no iban a hacer la diferencia económica, pero sí la buena experiencia en los últimos días de vacaciones. En todo el mes fue la única vez que probé pescado lugareño fresco; atún a la plancha. Esa noche nos fuimos a dormir con la panza llena y el corazón contento.
 Al otro día nos levantamos y salimos a recorrer Milán. Si no había playa cerca, por lo menos había una ciudad que no íbamos a dejar de ver. Desayunamos en una cafetería/restaurant mut elegante, capuccino con pasteles. Luego salimos a recorrer la ciudad, a maravillarnos con la presencia del tranvía en las calles, y la exquisita arquitectura, sobre todo de su catedral, llena de detalles en todas sus paredes y puertas, y llena de estatuas de todod los tamaños adornándola. Frente a la catedral estaba la Galleria Vittorio Emanuele II, en la cual paseé admirando magníficos vestidos y sus 70% de rebaja, pero aguanté la tentación, prefiriendo dejar mi dinero más tarde en una librería en la que conseguí Choque de reyes en oferta y en español!! En la puerta de un castillo, encontré una gran fuente, llena de monedas de varios países de la Unión Europea, que habían arrojado turistas por la buena suerte, y me humillé robando algunas de esas monedas para regalarle a mi amigo Gustavo, que él las colecciona, pero lamentablemente ya las tenía a todas... :) Luego recorrimos e Castillo Sforzesco y el parque con el Arco de la Paz, y cuando tuvimos hambre fuimos a mangiare pizza. Ya cuando caía el sol, cansados, volvimos al hotel para relajarnos y dormir, que al otro día nos levantábamos temprano para tomar el vuelo para volver a nuestro país...









































Ph: Inda Morena y Javier Ángeles.

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No temo morir... pero me aterra morir con el rótulo de cobarde.