La verdad es tan poderosa como un animal salvaje e, igual que este, no puede permanecer enjaulada.

Luego de Léucade, el siguiente destino fue Delfos, o según los griegos, Delphi. No fue fácil llegar, nos tomó casi un día entero, ya que primero nos tuvimos que tomar un micro que nos dejó en Antirio, luego un micro que nos dejó en Itea, y por último, un micro que nos dejó en nuestro destino, Delfos, todos los micros con sus respectivas esperar, claro.


Puente Rio Antirio

Foto tomada desde el micro que iba de Itea a Delfos
 Una vez que llegamos a Delfos, nos propusimos caminar hasta el camping más cercano, debido a que habíamos gastado demasiado dinero por ese día en los pasajes de bus. Primero caminamos hacía el lado equivocado, ya que nos indicaron mediante un mapa de un celular y se orientaron mal. Cuando por fin desistimos y volvimos hacia el otro lado, pasamos por lo que sería la zona más céntrica de Delfos, en la cual, en 3 cuadras había muchísimos hoteles, demasiados para la cantidad de turistas, ya que era verano y en esa zona no hay playa, por lo que el dueño de un hotel nos ofreció la noche por 20 euros ¡Más barato que un camping! Fue la gloria!
Foto tomada desde el micro que iba de Itea a Delfos

Foto tomada en Delfos, en el lugar que nos dejó el micro.

Lunita de Delfos

Delfos al otro día.





Desde el balcón de la habitación del hotel.
Al otro día nos levantamos temprano y salimos a apreciar el paisaje lleno de montañas, y recorrimos las ruinas del el santuario de Atenea Pronaia, donde la figura más emblemática es el Tholos, el cual fue parcialmente reconstruido utilizando parte de sus ruinas.

El Tholos de Delfos

En el próximo post contaré sobre el siguiente destino, que fue nada más ni nada menos que la mismísima capital Griega, así es, Atenas!!


Ph: Javier Ángeles e Inda Morena

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si vamos a caer, que sea en la tentación.